Colombia honra su tradición en el ciclismo con un año histórico
El país logró podio en cada una de las tres grandes.
Colombia es, probablemente, el único país del mundo donde el ciclismo lucha mano a mano con el fútbol por ser el deporte rey, una pasión que recorre toda la nación y que el pedal le ha devuelto con un 2016 histórico coronado con la victoria de Nairo Quintana en La Vuelta a España.
"El Cóndor de Cómbita", "Naironman", "El embajador del agro", muchos son los epítetos que acompañan al ciclista que es el emblema de una nueva generación colombiana que mira con la frente alta a las grandes potencias mundiales de este deporte.
Quintana ganó este año la Volta a Cataluña, el Tour de Romandía, la Ruta del Sur y consiguió un tercer puesto en el Tour de Francia que le supo a poco tras los dos subcampeonatos de 2014 y 2015.
Entonces se le apareció un ciclópeo Chris Froome que fue un puerto demasiado alto para el ciclista nacido en Cómbita, en pleno corazón de Colombia, hace 26 años.
Nairo refleja las mejores cualidades históricas de los "escarabajos" colombianos, buen escalador, capaz de recuperarse de cara a la tercera semana de las competiciones, pero flojo en la lucha contra el crono.
Esa debilidad generaba ciertas dudas entres los aficionados que descartó por completo con una Vuelta espectacular en la que llevó a Froome a rebufo durante toda la carrera.
Pero el ciclismo colombiano va mucho más allá de Quintana. Esteban Chaves, el pedalista de la eterna sonrisa, se ha consolidado en 2016 como líder el Orica y un referente en el pelotón mundial.
Muy poco le faltó para llevarse este año el Giro de Italia, donde terminó segundo por detrás del "Tiburón de Messina", un Vincenzo Nibali que tiene en su palmarés un Tour de Francia y que lleva años instalado en la superélite del ciclismo mundial.
"El Chavito" solo perdió la "maglia rosa" en la penúltima jornada frente a un Nibali que pareció de otro planeta aquel día.
Sin embargo, la inteligencia y el pundonor con los que corrió le valieron el aplauso de todos los aficionados al ciclismo.
Esas características las volvió a exhibir en La Vuelta a España que acaba de terminar en Madrid. Digno pupilo de su director Neil Stephens mostró sobre las carreteras ibéricas que es capaz de sufrir y no se conforma con pasar por las grandes carreras, quiere dejar su nombre escrito en ellas.
En un mano a mano épico con Alberto Contador, otro de los grandes nombres del ciclismo mundial, logró arrebatarle el puesto en el tercer cajón del podium a fuerza de garra, lucha y mucha inteligencia en la ruta.
De esa manera se cerró una participación colombiana que va a quedar por muchos años en la retina de sus ciudadanos: primero y tercero en La Cibeles.
En total, cuatro podios ha tenido este año Colombia entre Giro, Tour y Vuelta, un premio que les devuelve a los aficionados toda la pasión invertida desde hace años.
Pero no solo de las grandes carreras vive el ciclismo escarabajo y este año lo demostraron.
Más allá de los nombres ya consolidados, donde solo Rigoberto Urán tuvo un año discreto, dos jóvenes promesas mostraron que su horizonte está muy arriba.
Dayer Quintana, hermano menor de Nairo ya en las filas de Movistar, ganó con solo 23 años el Tour de San Luis (Argentina), la carrera de más prestigio en el continente y probó que lo suyo es mucho más que un apellido.
Sin prisa pero sin pausa, Miguel Ángel López, fichado por el Aatsna y apodado "Supermán", continúa su crecimiento y a sus 22 años, pero ya con un Tour del Porvenir en su palmarés, este año consiguió llevarse la Vuelta a Suiza.
"Raza de campeones", reza uno de los eslóganes de Boyacá, departamento que vio nacer a López y a los Quintana. No parece desencaminado.
Junto a ellos, Sebastián Henao es a sus 23 años otra promesa pero en las filas del Sky, el mismo equipo de su primo Sergio Luis Henao, escudero de lujo de Froome en las escaladas de los Pirineos y los Alpes en el pasado Tour de Francia.
También destaca el inagotable Darwin Atapuma (BMC), que vistió la camiseta de líder durante cuatro jornadas en la Vuelta a España, aunque la suerte le privó por poco de victorias de etapa, al igual que le ocurrió en el Tour.
El ramillete de jóvenes ciclistas de gran proyección lo cierra Fernando Gaviria, el hombre que ha demostrado que los colombianos también saben esprintar y no solo encaramarse a los puertos de alta montaña.
En 2016 obtuvo cinco victorias de etapa en carreras de renombre como el Tour de San Luis, el Tour de La Provence, la Tirreno-Adriático o la Vuelta a Colombia y demostró que puede competir con los hombres más rápidos del ciclismo.
"Que el mundo sepa que nuestro país es deporte y amor", dijo Quintana en el podium de Madrid. Él y sus compatriotas lo han dejado claro.
EFE